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Niños de 12 años atacan patrulla del ejército en Caborca, Sonora: ¿La ley los protege o los expone al crimen?

Niños de 12 años atacan patrulla del ejército en Caborca, Sonora: ¿La ley los protege o los expone al crimen?

Recientemente, un grupo de niños de apenas 12 años atacó una patrulla del ejército en Caborca, Sonora. Abajo dejo el video para que puedan ver por ustedes mismos lo que está ocurriendo.

Este incidente nos obliga a reflexionar sobre la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, que en teoría fue creada para proteger a los menores de edad, pero que en la práctica puede estar exponiéndolos al crimen organizado.

Actualmente, los adolescentes entre 12 y 14 años no pueden ser privados de su libertad, y aquellos entre 14 y 18 solo reciben un máximo de 3 años de internamiento, sin importar el delito que cometan, incluso si es asesinato. Esta medida, diseñada para proteger a los jóvenes, ha facilitado que los criminales recluten a menores, convenciéndolos de cometer delitos bajo la promesa de una pena reducida o, en algunos casos, ninguna pena.

Es mucho más fácil persuadir a un niño de que participe en un crimen cuando sabe que no enfrentará consecuencias graves, que a un adulto que comprende que le espera una condena completa. Para proteger realmente a los niños y adolescentes, debemos reconsiderar este sistema. El único factor a evaluar debería ser el delito cometido, no la edad del infractor. La justicia debe ser proporcional al daño causado.

Pero también debemos pensar en la protección del público en general. Uno de los grandes fallos de la ley es que, al querer dar segundas oportunidades a estos jóvenes criminales, estamos exponiendo a la población a un peligro innecesario. Durante años, fui voluntario en varios tutelares de menores en la Ciudad de México y ayudé a jóvenes a terminar la preparatoria después de cumplir sus penas. Muchos me confesaron que se animaron a delinquir precisamente porque sabían que la pena no sería mayor a 3 años.

Uno de estos jóvenes, que había sido sicario desde muy pequeño, cumplió su condena y fue liberado al cumplir 18 años. A los pocos meses, fue arrestado nuevamente, esta vez con un cadáver descuartizado en la cajuela de su auto. Este asesinato pudo haberse prevenido si no lo hubieran liberado en primer lugar. Al querer dar segundas oportunidades a quienes han cometido crímenes graves, estamos exponiendo a la sociedad a riesgos mayores.

Los asesinos y violadores no pueden ser reformados, no importa si tienen 12 años. La condena no debería tomar en cuenta la edad, sino el acto cometido. Si queremos proteger a los jóvenes y a la población en general, debemos cambiar estas leyes y evitar que el crimen organizado siga explotando esta vulnerabilidad en nuestro sistema de justicia.

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Carlos Gomez

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