Conflicto en el grupo de WhatsApp y cita con el profesor

Hoy a las 11:45, el profesor de la clase de Funciones Psicológicas nos citó a varias compañeras y a mí por un tema relacionado con el comportamiento en el grupo de WhatsApp. Sinceramente, no entiendo por qué fui incluido, ya que he tenido un comportamiento intachable. Creo que la intención del profesor es que las compañeras me pidan disculpas, lo cual veo innecesario, ya que simplemente ejercieron su libertad de expresión al callarse. Yo no discutí con ellas, las ignoré, porque no me voy a rebajar al nivel de alguien que no sabe tratar a las personas.

Lo más absurdo es que, en lugar de silenciar las notificaciones, una compañera sugirió que solo el profesor pueda enviar mensajes en el grupo, lo cual mataría el propósito de ese espacio. Para mensajes unidireccionales, ya tenemos Teams, donde el profesor puede mandar anuncios. Es triste ver que alguien tan intolerante a opiniones diferentes esté estudiando para ser psicóloga. Espero que el profesor no le haga caso a la alumna, ya que al hacerlo le privaría la oportunidad de crecer como persona al confrontarse con puntos de vista distintos a los suyos. Es esta confrontación de ideas lo que genera el aprendizaje, y es precisamente el objetivo principal de las universidades.

También espero que el profesor no pretenda coartar mi libertad de expresión, lo cual sería una grave violación a mis derechos constitucionales, un derecho que estoy dispuesto a defender a toda costa.

Me resulta risible cómo las personas más mediocres son las primeras en atacar la libertad de expresión, cuando probablemente serían los primeros en ser silenciados, porque no tienen nada significativo que aportar. Sospecho que una de las compañeras tiene algo personal en mi contra, tal vez por resentimiento social, ya que ni la ubico en clase. Es la misma que la semana pasada ocasionó el cierre del grupo por preguntar dónde comprar "lechuga" (marihuana) en el chat, lo que obviamente enfureció al profesor.

Antes de eso, respondí a un sticker de un gato enojado con otro gato mordiendo catnip, insinuando que necesitaba "hierba" para relajarse. Como no tienen gatos, no entendieron la broma, o quizás, como son consumidores de marihuana, pensaron que me refería a la droga. Lo peor es que ahora me culpan a mí por iniciar el tema, cuando fue la compañera quien directamente pidió la "lechuga". Sin problema me presento ante el tribunal de ética para defender mi postura, pero ella no tiene excusa, lo dijo en serio y lo ha repetido varias veces en clase.

Al rato les cuento cómo nos fue con el profesor.