Ya lo había mencionado antes: me compré una nueva Mac. Pero había algo rondando mi mente desde entonces… el monitor Apple Studio Display. Sabía que existía una versión con vidrio nanotexturizado y una base ajustable en inclinación y altura, pero con un precio de 54,999 pesos, me parecía un gasto excesivo para un simple monitor. Aunque, después de ver varios videos de personas que juran que vale cada peso, me empezó a tentar más la idea.
Una de las cosas que me molestaba era que el monitor solo tiene 60Hz en lugar de 120Hz, pero ahí estaba yo, a las 2:21 de la madrugada, sin poder dormir. En ese estado de insomnio, terminé comprándolo, junto con el AppleCare, un paño de pulido, y el Magic Keyboard con Touch ID y teclado numérico. El costo total de la travesura nocturna: 64,146 pesos.
Mientras hacía clic en el botón de "comprar", me convencí con la típica línea de pensamiento: "para eso trabajo, me lo merezco". Y, por supuesto, el clásico: "es mi herramienta de trabajo, necesito una pantalla a mi altura". Así que ahora solo queda esperar a que llegue mi pedido el 28 de octubre y ver si ese monitor, que cuesta más que los dos monitores Samsung 4K de 32 pulgadas que uso actualmente (¡que me costaron menos de 12 mil pesos juntos!), realmente logra que me den ganas de trabajar más duro.
¿Valdrá la pena la inversión? Pronto lo sabré.
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